La Música es Musicoterapia

«La diferencia fundamental entre la música y el lenguaje hablado, es que las palabras se refieren, ante todo, al mundo que nos rodea; la música, en cambio, se refiere especialmente a nuestro ser interior.»  Yehudi Menuhin.

No debemos olvidar que la música es arte y ciencia a la vez, y es un tipo de expresión universal que nos habla íntimamente a cada uno de nosotros, que su campo de expresión no conoce límite alguno, puede expresar tanto alegría como tristeza, tanto tragedia como serenidad.

La música no tiene límites, es infinita, nos permite expresar los infinitos estados de ánimo que puede presentar una persona humana a lo largo de su vida. Pero puede llegar a ser agobiante si nuestro estado de paz y serenidad no es el óptimo o si presentamos algún problema adictivo que nos pueda influir en la irritabilidad o en nuestro estado de ánimo; entonces ciertos tipos de música pueden llegar a provocar sentimientos negativos. Si nuestro estado de ánimo es muy bajo, o en estados drepresivos, podemos llegar a escuchar música sin disfrutarla y sin desarrollar las emociones o percepciones de felicidad que nos harían sentir en un estado anímico estable y normal.

Cualquier alteración de nuestra estabilidad emocional, tanto niveles anormales de estrés como algún tipo de problema o padecimiento propio o ajeno, que nos haga perder la serenidad, influirá en el tipo de percepción al escuchar música. De tal modo que si al escuchar música percibimos que no disfrutamos de ella en toda su magnitud, y no nos produce sensaciones positivas igual que otras veces, o incluso que nos produce sensaciones negativas, puede ser una señal de que tenemos algún problema en nuestra vida, que debemos resolver.

La música goza de propiedades únicas para conmovernos tanto emotiva como físicamente, de filtrarse por lo más íntimo de nuestra razón, de asombrar a nuestro cerebro y abrir las puertas hacia la maquinaria que rige nuestros sentimientos y emociones.

«El misterio del hombre tiene en la música su clave soterrada de sentido» Levi- Strauss.

Según la teoría del psicólogo Berlyne [1971],  nuestros sentimientos serán agradables si la música está en un nivel óptimo o ideal de complejidad o familiaridad. Si la música presentada es demasiado compleja o poco familiar producirá en el oyente sentimientos de confusión, caos e incomodidad. Por el contrario si la música es demasiado simple o e ha oído muchas veces y le falta frescura el oyente puede sentirse aburrido e insatisfecho.

 

 

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